La adolescencia es una etapa de cambios, no sólo físicos sino también sociales, psicológicos y de alimentación. Durante el día toman multitud de decisiones sobre sus hábitos alimentarios y la sobreinformación y desinformación actual provoca que tomen decisiones erróneas que pueden influir en nuestro estado de salud.
Este fue el punto de partida por el que se apostó por realizar una segunda edición del proyecto Menja’t el Món, organizado por el servicio de Juventud de la Mancomunidad Intermunicipal de L’Horta Sud y subvencionado por el Institut Valencià de la Joventut (Generalitat Valenciana).
El objetivo del proyecto era promover una alimentación saludable en la población juvenil de la comarca de l’Horta Sud, favoreciendo recursos para la adquisición de hábitos encaminados a la consecución de estilos de vida saludables, y la prevención de conductas alimentarias insanas y trastornos de la alimentación.
En esta edición hemos recorrido Institutos de Enseñanza Secundaria y Colegios de los municipios de Alaquás, Mislata, Picassent, Torrente, Albal, Sedaví, Alcàsser y Picanya e impartido píldoras de alimentación con diferentes temáticas. Algunas de ellas han sido: “¿Cómo disminuyo los azúcares añadidos de mi alimentación diaria?”, “¿En qué me fijo cuando leo el etiquetado de los alimentos envasados?”, “¿Qué tomo en mis desayunos, almuerzos y meriendas?”, “10 mitos alimentarios que todos creen que son verdad”, “Alimentación saludable en la práctica deportiva” y “No caigas en las dietas milagro, aprende a identificarlas”. Sin olvidarnos de la píldora “Imagen corporal y la influencia de los medios de comunicación en nuestras decisiones alimentarias” impartida por nuestra colaboradora psicóloga especializada en psicología clínica y neuropsicología, Cristina Játiva.
Como comentamos, el objetivo era doble: tanto concienciar como prevenir. Había píldoras encaminadas a hacerles conscientes de los alimentos que estaban tomando ricos en azúcares añadidos, sal y grasas poco saludables (de palma e hidrogenadas). Durante las sesiones les proporcionábamos herramientas y recursos útiles y prácticos para su día a día, con el fin de que fueran autónomos y supieran qué hacer y cómo hacer.
Otras píldoras eran preventivas y reflexivas. Nos hemos encontrado que muchos/as de ellos/as no tenían aún creencias o mitos alimentarios arraigados o no conocían lo que son las dietas milagro. Consideramos que ha sido positivo este aspecto ya que partíamos del desconocimiento y de esta manera hemos podido hacerles más conscientes de las consecuencias que podrían tener para su salud y su estilo de vida.
Uno de los aspectos que más hemos tenido en cuenta este año ha sido el lenguaje tanto verbal como no verbal. Nos hemos dado que el lenguaje, el tono y el vocabulario tenía que ser cuidadoso. Para ello, no hablamos de calorías específicas, sino de grupos de alimentos o nutrientes. Hablamos de “más saludable” y “menos saludable”. Hablamos de la flexibilidad y el contexto. No obstante, cuando se hablaba de temas más específicos como los mitos alimentarios o las dietas milagro sí que tuvimos que mencionar aspectos como la pérdida de peso, mejora de composición corporal u obesidad.
A lo largo de las sesiones teórico-prácticas, hemos empleado la metodología de la educación alimentaria favoreciendo la participación del alumnado, muy activa en cursos de 1º y 2º de Educación Secundaria Obligatoria y un poco más baja en cursos superiores. Asimismo, la utilización de imágenes de sin azúcar.org o donde se visualizaba la grasa visceral alrededor del corazón han sido de mucha utilidad para hacerles conscientes del riesgo cardiovascular por el consumo excesivo y prolongado en el tiempo de estos productos.
Al finalizar cada una de las píldoras se les pasaba una encuesta de satisfacción al alumnado donde se les preguntaba acerca de la calidad de los contenidos del taller, ponente de la charla, utilidad del taller para su bienestar, duración del taller y valoración general. Los resultados fueron muy positivos, ya que los intervalos de puntuación oscilaban entre el 4 y 5, la satisfacción de los jóvenes ha sido bastante alta y consideraron que la duración del taller (1h) había sido idónea, ni muy larga, ni muy corta.
Por nuestra parte, estamos muy contentas, tanto de la gestión por parte de la Mancomunidad, como de la acogida de los centros y de los jóvenes. Creemos que poner en marcha estos proyectos permite enseñar cómo alimentarse de forma equilibrada y saludable en esta etapa de la vida para prevenir enfermedades cardiovasculares y tener un estilo de vida saludable. Y dar a conocer la figura del dietista-nutricionista a alumnado que en un futuro puede que sean colegas de profesión.
¿Eres DN o TSD y te gustaría aprender cómo hacerlo? Te lo enseñamos en el Seminario Desarrolla y pon en marcha tus talleres y proyectos de educación alimentaria