¡Ya estamos en fallas! Ya huele a petardos, ya huele a churros, porras y buñuelos. ¡Conoce los dulces típicos de fallas!
Ideales para alegrarte el desayuno, como tentempié de media tarde o merienda deliciosa o hasta como potente «regenerador» tras una larga noche de fiesta. Pero importante que los compremos en aquellos establecimientos que cumplan unas buenas medidas higiénico-sanitarias.
Los churros, las porras y los buñuelos están clasificados como masas fritas: alimentos de consumo inmediato, fabricados mezclando agua potable, harina y sal, adicionados o no gasificantes y fritos en aceite vegetal.
- Los churros también llamados “frutos de sartén” son dulces típicos en celebraciones señaladas, en muchas comunidades autónomas y, sobre todo, durante sus fiestas regionales. Cada territorio incorpora sus propios ingredientes y su propia tradición. En Valencia se concentra su mayor consumo en fiestas como las Fallas de Valencia. Desde el punto de vista nutricional, son alimentos con alto contenido en hidratos de carbono, tanto complejos (harina) como simples (azúcar) y ricos en grasa procedentes del aceite de la fritura. Al freírse en aceite de oliva o girasol presentan ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. No tienen ácidos grasos Trans ni colesterol.
- Las porras son un alimento muy parecido a los churros en su composición y forma de consumo. Sin embargo, para preparar su masa primero se echa bicarbonato sódico, que hace las funciones de levadura, después se incorpora la sal y el agua algo más fría que la usada para los churros y, finalmente, se añade la harina de trigo.
- Los buñuelos son una masa de harina que se fríe en abundante aceite. La masa de harina puede mezclarse con agua, leche, huevo o levadura. Suelen ser buñuelos de calabaza.
El valor nutricional puede variar según su preparación y si se recubren de azúcar, chocolate o llevan cantidad sobresaliente de grasa, se aumenta el aporte energético.
Debido a la presencia de azúcares y grasas, su ingesta debería estar desaconsejado en todas aquellas personas que deban limitar las calorías de la dieta u otras enfermedades en las que indirectamente, el sobrepeso empeore la situación, como puede ser la diabetes o las dislipemias.
No obstante, probar uno o dos churros, probablemente no suponga ningún problema de salud para quienes han de limitar las grasas y controlar el peso, aunque como en todo, la clave está en ser comedido con lo que se come.